ya sé
surcarás este río
poco profundo
y sin orillas
paraísos de burdeles
no me pidas que vuelva
al lugar del que
nunca
he partido
un puñal
clavado en la
espalda
los labios de esta
ciudad
embriagan
odio el amor que te
tengo
tengo amor para
odiar
el momento en que no
he de partir