Cuando se cansa de tanto perder
ordena sus cosas
y se pone a cantar.
Cuando se llena de tanto reír
olvida las cosas
y se pone a vivir.
Pero no siempre es así.
Cuando se cansa de tanto soñar
cuelga sus alas
y se pone a llorar...
Ya no me confundas.
Ya no te confundas.
Abre las puertas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario