.
Carol reía con toda su risa
Julio puso a girar
un disco de jazz,
como siempre,
la melodía desafina
en la felicidad
de sus ojos tristes,
como quien mira mirar,
la máquina de escribir
sobre la mesa
fotos en blanco y negro
una pentax, una botella
de beaujolais, el dibujo
de una flor
y una flor.
El dragón calma su ansiedad
al borde de la autopista,
donde la Osita y el Lobo
duermen la siesta
es un día perfecto
para enamorarse
otra vez,
otra vez,
y otra vez.
Antes del fin.
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