no sé, los pájaros se vuelan
y ella los mira detrás
de sus ojos de sal
no sé, los días se van
yo le digo que hay un mar
y ella no hace más que llorar
no sé, las lágrimas se dan
entre sus ojos y sus manos
no hay besos, ni pan de calmar
espero volver a verla en este lugar
donde las cosas ya no están
en el reflejo del vidrio, al pasar
espero volver a verla en ese lugar
con el azar de cada mañana, por casualidad
donde los trenes vienen y van
no sé, los días pasan
sin piedad, como su voz
su nombre, su perfume de azahar
no sé, los pájaros se vuelan
y ella los mira detrás
de sus ojos de sal
mientras tanto
1 comentario:
Sí, gracias a Dios hay un mar con su intrínseco horizonte.
Espero volver a verlo pronto.
(Nótese que si la palabra mar es la que rescato de todo tu poema es porque estoy muy necesitada de vacaciones, ja)
Abrazo!
Publicar un comentario